Voy a retomar la actividad en este blog, que está muy triste. Y no solo
porque lo tengo abandonado desde hace meses, sino porque los post que he ido
escribiendo últimamente no son la alegría de la huerta. Voy a hacer lo que me dé
la gana de ahora en adelante y voy a empezar por criticar y quejarme, que se me
da muy bien y es lo que me apetece.
Estoy cansada de escuchar que lo que hace “bella” y “verdadera” a una mujer
son las curvas. Eso es machismo recalcitrante, por mucho que se intente
camuflar bajo un velo de solidaridad con el sexo femenino. Si realmente las
mujeres de verdad llevan curvas, porque la voluminosidad es característica del
sexo femenino, ¿cuáles son la cualidades de los hombres? ¿Que estén musculados
y tengan un pollón? Según los esteorotipos que se consideran más adecuados para
casa sexo, sí. Ahora bien, a los hombres no se les dice que no deben de estar
delgados ni que tienen que hacer más ejercicio, pues no dan una imagen de
belleza masculina y, por lo tanto, no son hombres de verdad. Señores, las
mujeres, aunque no tengamos curvas, también podemos ser bellezas de verdad.
No creo que la belleza, tanto masculina como femenina, tenga un
esteorotipo. Las hay bellas delgadas, bellas curvilíneas y, aunque no sea de mi
gusto, bellas gordas. Las hay con equilíbrio físico y con menos equidad física,
pero no puedo consentir que la única representación de la belleza femenina sean
las curvas. Es más, cuando estamos frente a una chica delgada se le suele
recomendar que coma más, pero cuando estamos frente a una obesa no le
recomendamos que deje los bollos y haga un poco más de ejercicio. A veces se llega hasta el extremo de
convertirlas en la única belleza posible, cual venus prehistóricas. Y que
conste que no soy de las que opina que una cosa ni otra. Cualquier proporción
puede llegar a ser bella.
En otro post hablaré sobre algunas críticas que he recibido con respecto a
que sea yo la modelo de mis fotos. No son pocos los que han insinuado que en la
fotografía creativa solo aparecen cuerpos políticamente correctos [continuará].
No sé si recuerdas lo que ocurrió con el personaje de Lisbeth Salander cuando el boom de Millenium. No se quedaron a gusto hasta que no la calificaron de anoréxica, solamente por ser lo que se dice raquítica (está claro que el personaje de enfermizo tiene sólo el aspecto). Y con esas, mil.
ResponderEliminarHay como una doble o triple moral. Una condescendencia a la hora de meter tallas cuarenta y dos en la pasarela y considerarlo un hito, otra a la hora de vender muñecas de plástico en las vallas publicitarias y otra a la hora de emplear mujeres con pinta lánguida pero denostándolas, en plan de "sí, sale en mi colección pero necesita un par de bocatas". El caso es que por suerte no nos dirigen los gustos. Si no, yo no hubiera follado más que con pedófilos... :D
I love you so, my sick muse.
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