miércoles, 25 de abril de 2012

¿Que vivan las curvas?


Voy a retomar la actividad en este blog, que está muy triste. Y no solo porque lo tengo abandonado desde hace meses, sino porque los post que he ido escribiendo últimamente no son la alegría de la huerta. Voy a hacer lo que me dé la gana de ahora en adelante y voy a empezar por criticar y quejarme, que se me da muy bien y es lo que me apetece.

Estoy cansada de escuchar que lo que hace “bella” y “verdadera” a una mujer son las curvas. Eso es machismo recalcitrante, por mucho que se intente camuflar bajo un velo de solidaridad con el sexo femenino. Si realmente las mujeres de verdad llevan curvas, porque la voluminosidad es característica del sexo femenino, ¿cuáles son la cualidades de los hombres? ¿Que estén musculados y tengan un pollón? Según los esteorotipos que se consideran más adecuados para casa sexo, sí. Ahora bien, a los hombres no se les dice que no deben de estar delgados ni que tienen que hacer más ejercicio, pues no dan una imagen de belleza masculina y, por lo tanto, no son hombres de verdad. Señores, las mujeres, aunque no tengamos curvas, también podemos ser bellezas de verdad.

No creo que la belleza, tanto masculina como femenina, tenga un esteorotipo. Las hay bellas delgadas, bellas curvilíneas y, aunque no sea de mi gusto, bellas gordas. Las hay con equilíbrio físico y con menos equidad física, pero no puedo consentir que la única representación de la belleza femenina sean las curvas. Es más, cuando estamos frente a una chica delgada se le suele recomendar que coma más, pero cuando estamos frente a una obesa no le recomendamos que deje los bollos y haga un poco más de ejercicio.  A veces se llega hasta el extremo de convertirlas en la única belleza posible, cual venus prehistóricas. Y que conste que no soy de las que opina que una cosa ni otra. Cualquier proporción puede llegar a ser bella.

En otro post hablaré sobre algunas críticas que he recibido con respecto a que sea yo la modelo de mis fotos. No son pocos los que han insinuado que en la fotografía creativa solo aparecen cuerpos políticamente correctos [continuará].