Hace
tres años, cuando estaba estudiando mi último año de carrera de Filología
hispánica, el profesor José Manuel Pedrosa (siempre en el campo de la
literatura, claro), planteó una cuestión que a mí me parece tan interesante
como inquietante: tenemos en nuestro poder la fórmula para reconstruir el
genoma humano. Esto es maravilloso, porque simplemente tecleándolo en internet,
tenemos la receta perfecta sobre cómo estamos compuestos. Lo que planteaba el
profesor Pedrosa es que somos capaces de explicar con una fórmula al ser
humano, pero todavía no tenemos ni idea de cómo funciona su mente. Él está a
punto de poder explicar cómo funciona la imaginación a la hora de generar
historias, ¿está esto relacionado con nuestra capacidad de generar imágenes?
¿Existe una relación estrecha entre la producción de imágenes y el lenguaje?
Este es el caso que nos atañe, pero pensad qué mundo el de la imaginación,
cuando se puede extrapolar a todos y cada uno de nuestros sentidos.
La imaginación es un proceso que nos permite manipular
información generada en nuestro interior, con el fin de crear una
representación percibida por los sentidos de la mente. Esto es increíble,
porque en ausencia de estímulos del ambiente, somos capaces de crear. La
imaginación nos permite pensar en algo que se había percibido previamente pero
que ya no se encuentra presente. El procedimiento se nutre de la memoria para
manipular la información y relacionarla con experiencias que no dependen del
estado actual del organismo. Hay dos palabras que me encantan de este proceso: manipulación y transformación. La imaginación
toma elementos antes percibidos y experimentados, y los transforma en nuevos
estímulos y realidades.
Si os digo la verdad, poco más podemos decir de
manera concreta sobre la imaginación, porque no se sabe más. El mundo de la
mente todavía es muy desconocido en todos sus aspectos. Pensad que algo tan
común y extendido como una depresión tiene desconcertados a la mayoría de los
psicólogos y psiquiatras ¿Cómo manejar algo tan abstracto como la mente? ¿Cómo
funciona? ¿Cuál es la fórmula de todos los procesos que se dan el cerebro?
¿Cómo explicar todas las conexiones que nos hacen ser como somos, reaccionar de
determinada manera o poder producir cada uno un trabajo artístico diferente? Y
es que lo que nos hace realmente diferentes al ser humano no es ni el físico,
ni nuestra manera más instintiva de actuar. El genoma es igual en todos pero,
¿lo es también la imaginación? ¿Acaso actuamos todos frente a un sistema que
nos hace crear siempre lo mismo, pero de manera diferente? Pues José Manuel
Pedrosa diría que sí y yo no soy nadie para refutarlo. Entre otras cosas porque
me ha dado motivos suficientes para pensar que probablemente haya algo siempre
muy mecánico detrás de cualquier proceso creativo.
Chicos, no sé absolutamente nada sobre
imaginación y, valiente de mí, aquí me veis dispuesta a darlo todo por crear un
curso en el que poder estimular la vuestra. Y es que si hay algo que me
fascina, es que, por muchas fórmulas y explicaciones científicas que se nos dé,
resulta que cada ser humano, por naturaleza, es rabiosamente único ¿Cómo poder
expresar esa esencia que cada uno llevamos dentro? ¿Por qué no todos la
explotamos? ¿Por qué unos tienen más facilidad que otros para sacarla a la luz?
Si hay algo que defenderé siempre es que todos tenemos ese mundo interior que
nos hace diferentes frente al que tenemos delante y unos de mis objetivos es
poder adquirir soltura a la hora se sacarlo hacia el exterior. Y creedme, el
resultado tiene mucho que ver con el arte.
El ser humano siempre ha querido esconderse en las
tendencias comunes de la masa, por eso ser uno mismo es tan difícil de
conseguir. Ser como los demás es algo que, sin darnos cuenta, hacemos a diario.
Pero una cosa es refugiarnos en esa actitud de relajación diaria (porque no
vamos a negarlo, comportarnos mecánicamente es muy cómodo) y otra muy distinta
el lugar creativo desde el que ofrecemos algo único al resto del mundo.
Elsa Punset lo describe de manera muy bella en su
libro Una mochila para el universo.
Explica que ser únicos “entraña riesgos y peligros que nuestro cerebro,
programado para sobrevivir, quisiera evitar como sea. El desafío está
precisamente en hacer florecer ese conjunto extraño e irrepetible de pequeñas
manías, fobias, momentos de gloria y latigazos de inspiración que perfilan,
desde el miedo o desde el amor, cada momento de nuestras irrepetibles vidas”.
No soy ninguna autoridad. No soy nadie para
hablar de imaginación, pero voy a responder una a una todas vuestras
reflexiones sobre imaginación, ampliando y desarrollando de esta manera ideas
ya expuestas aquí y añadiendo otras nuevas. Es solo un punto de vista más,
porque hay tantas opiniones sobre este tema como personas existen. Porque sí,
por el momento, esto es un campo tan desconocido, que solo podemos limitarnos a
eso, a dar opiniones, a hacer conjeturas, a realizar hipótesis. Os doy de
antemano las gracias por realizar el pequeño esfuerzo que supone dar palabras a
un proceso tan complejo como es el de la imaginación. Me habéis hecho pensar
mucho. Esto es uno de los mayores regalos que podéis hacerle a una persona y el
peor castigo que podemos ofrecerles a quienes, sin imaginación alguna,
pretenden manipularnos en estos tiempos que corren, tan difíciles en unas
ocasiones, como frustrantes y tristes en otras. Espero que tras leer este
pequeño texto, os dé un motivo más para pensar.
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